martes, 14 de diciembre de 2010

Sí o sí, paz mundial

Cansada de estudiar las insensateces de algunos pensadores, decidí tomarme un recreo nocturno y prepararme el elixir de los trasnochados: un café. Pésima idea para un día de calor.
Llegué a la cocina y ahi estaban ellas. Tan feas como siempre. Dos enormes cucarachas merodeando por el piso. ¿Cuál es el primer reflejo de todo aquél que se encuentra en esta situación? (Además de pegar un grito maricón, como si las cucarachas tuvieran la criptonita y fueran a decapitarnos) Sacarse la zapatilla y ¡ZAS! Ahora bien, el escalofrío me llegó hasta la tráquea cuando me di cuenta de que estaba descalza. No voy a dar detalles porque a nadie le interesa saber como combatí a estas dos intrusas. Fue una lucha intensa dónde no hubo Raid ni zapatazo de por medio.

Mañana tengo un final, y aquí estoy, leyendo en internet la siguiente leyenda urbana: existe la creencia de que las cucarachas repoblarán la tierra si la humanidad se autodestruyera a causa de una guerra nuclear. ¿Queremos que estos insectos nos suplanten? No. ¿Casi todos los seremos humanos las odiamos? Si. Asique, presten atención sobre todo los países de medio oriente, les estoy dando un argumento válido e interesante para que paren las tensiones y se logre la paz mundial. Si no queremos que la soberanía absoluta quede en poder de estos insectos, no estaría mal que hagan las paces.

Si, también podría parar de escribir estupideces, pero entiéndanme que el estudio me agobia y escribir me relaja. Gracias por leerme.

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