Qué dolor. El brazo me pesa, me tiembla la mano, hasta el codo lo tengo contracturado. Vestigios de una tarde de paintball...
Y ni hablar de la marca circular que me quedó en la muñeca. Parece de una secta, de una organización “anti-presentarse-a-los-finales” que se impregnó en mis venas y no me deja estudiar. ¿Y los moretones de las piernas? De todos los colores.
El escenario era una fábrica abandonada, con muchas maderas rotas y poco espacio para correr. Cuando una bolita de pintura rebotó en mi carótida casi me desmayo. Mi equipo perdió, sufrí el calor, no cumplimos con las misiones asignadas, pero fue un gran festejo de los 25 años de mi hermano.
Así termina mi diciembre, con otro punto tachado en la lista de la adrenalina. Espero que en el año del conejo las propuestas se multipliquen. ¿Buceo, paseo en globo, escalada? Veremos.
Jacinta.
ResponderEliminarpertenezco a esa secta.
Hasta ayer estuve en el proceso de iniciación, el cual consiste en perder tardes enteras frente a los libros, leyendo siempre la misma página.
Está prohibido retener siquiera una palabra de lo leído, y mucho menos, relacionar la lectura con lo visto en clase.
Puede parecer difícil, pero se puede. Lo torturador del rito (como todo ritual de iniciación) es que al mismo tiempo te privás de entender qué estás leyendo y de un fin de semana impresionante.
Lo pasé. Ingresé a la secta.
Esta mañana, después de pensarlo mucho e imaginar mi propio exterminio de la mano de los queridísimos profes de economía y derecho, finalmente fui aceptada por la secta.
Ahora pertenezco a la organización "anti-presentarse-a-los-finales", por lo menos mientras duren las vacaciones. En marzo vemos :).
Saludos nena, escribís divino! un beso grande!
Vale
ps: repetí muchas veces la palabra secta. lo sé. eso me pasa por ser atolondrada y no querer hacer la "vista previa" jaja. beso!
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