Estoy viviendo una revolución interna. Si señor, estoy buscando trabajo. Entre curriculum que va y entrevista que viene, me encuentro con que ser tecladista de cumbia es un trabajo requerido y bien remunerado. No hay que subestimar ninguna profesión.
Uno de los anuncios que leí era de un grupo que ofrecía su servicio musical para celebrar casamientos y bautismos. “El grupo La sobredosis, te anima el evento”. ¿Confiable, no?
Debido a que no soy el as del teclado, que el mueva-mueva no es mi frase de cabecera, que Pablito Lescano no es mi guía espiritual y que soy un poco espástica para las coreografías, vuelvo a concentrarme en mi vocación. Las chances de que triunfe en la movida tropical son las mismas que tengo de llegar al Congo en bicicleta.
yo hoy día fui a un bar que se llama El Congo, y fui en bicicleta... así que lo de tecladista lo veo cada vez más cerca.
ResponderEliminarGracias por el dato.