Porque nos contaste que había una reina con apodo de tubérculo que una vez se abatató. Y que existía un lugar misterioso, un tal reino del revés, donde las arañas montan en caballos de ajedrez.
Y qué decir de aquella vaca, la de Gulubú, que no podía decir ni mu. ¿Que garrón, no? Es como que a mi me saquen las letras. Pobre vaca.
Me acuerdo también de aquella mona, con quién comparto mi alias. Una infeliz mona Jacinta, que un día fue engañada por un mono bandido que le vendió un vestido y un collar de espumas. Y sí, desde chicos nos instruiste en que los engaños están en todos lados, en cada agujerito y situación. Pero también nos invitaste a conocer la magia de un realismo extraordinario, donde un grillo tenía su flauta en el bolsillo y un osito vestido con mameluco paseaba por Chacabuco.
María Elena Walsh, por tanta dulzura y tantas excentricidades que le hiciste hacer a la luna, te recuerdo con mucho cariño.
siempre poniendo en las palabras correcta la emoción del momento.
ResponderEliminaryo tb estoy muy triste por lo de María Elena Walsh, estoy redactando mi homenaje.
Se fue una genia.
saludos!
Hola visite tu blog http://elojodeltotem.blogspot.com y me resulto muy agradable, tienes información muy interesante, me encantaría que intercambiáramos links con una red de blogs que administro y de esta manera ayudarnos mutuamente a difundir nuestras páginas.
ResponderEliminarespero tu gentil respuesta.
muchos saludos
Maria Jose
delpilar1011@hotmail.com
Aplausos!!!
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