A la inspiración se la comió Gualeguaychú City. Quedó enterrada bajo las estacas de la carpa. La aplastaron el colchón inflable y los tacos campestres. En el camping había una energía especial. Esa energía causada por el estiramiento de mis huesos al intentar descontracturarse luego de haber dormido 2 sanas horas. Fiestas como esa, pocas veces he visto. Perdón, nunca he visto.
Si un día Hugh Hefner, el millonario de Playboy o algún fanático de la ecología quisieran organizar una fiesta en el Millenium Falcon, la nave de Star Wars, quizás podría compararse eso con lo que fue la ciudad del carnaval. ¿Exageración? No, no, para nada. ¡Y menos mal que sólo se festeja dos meses al año! Lo paradójico de esto, es que según el calendario gregoriano, febrero es el mes de la purificación.
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