Homo faber

Adios trabajo sin sentido.
Adios cubículo asfixiante de publicidad capitalista
Adios gacetillas monotématicas atrofiadoras de mi creatividad
Adios carga de infinitas facturas millonarias
Adios tardes practicando al pedismo frente a la Wii.
Adios fichas técnicas de microondas, secadores de pelo y lavavajillas voladores

Si señor, hoy renuncié. Un alivio triste.

¿Qué me dejo este trabajo?
El sabor amargo de un Cupido mala onda. Un poco más de miopía, una visita a Bailando por un sueño, una maceta como regalo de la primavera, un flotador más por exceso de medialunas, un estómago de acero por exceso de mateína, un uso abusivo de la impresora a color y la conclusión de que cada uno arma su camino, su presente, su futuro y tenemos en nuestras manos el poder de moldearlo.