domingo, 20 de julio de 2014
Alegria en escabeche
Mi definición de alegría de hoy es más simple que la tabla del 1.
Resulta que hice mis primeras berenjenas en escabeche. Y seguro usted, señor lector, se está preguntando como algo tan pavote me hizo el día. Y si, es así. Pregúntese menos y alégrese más.
Me pareció que en estos momentos de bombardeos en Gaza, de paros portuarios en Rosario, de aumentos del 114% en los parquímetros, lo mejor es defender la alegría. Como se pueda.
Resulta que hice mis primeras berenjenas en escabeche. Y seguro usted, señor lector, se está preguntando como algo tan pavote me hizo el día. Y si, es así. Pregúntese menos y alégrese más.
Me pareció que en estos momentos de bombardeos en Gaza, de paros portuarios en Rosario, de aumentos del 114% en los parquímetros, lo mejor es defender la alegría. Como se pueda.
Defender la alegría como una trinchera
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias
y las definitivas
defender la alegría como un principio
defenderla del pasmo y las pesadillas
de los neutrales y de los neutrones
de las dulces infamias
y los graves diagnósticos
defender la alegría como una bandera
defenderla del rayo y la melancolía
de los ingenuos y de los canallas
de la retórica y los paros cardiacos
de las endemias y las academias ...
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias
y las definitivas
defender la alegría como un principio
defenderla del pasmo y las pesadillas
de los neutrales y de los neutrones
de las dulces infamias
y los graves diagnósticos
defender la alegría como una bandera
defenderla del rayo y la melancolía
de los ingenuos y de los canallas
de la retórica y los paros cardiacos
de las endemias y las academias ...
Lo dijo Benedetti. Yo lo intento.
miércoles, 2 de abril de 2014
Volví
Hace un año y medio que no escribía (a excepción de la última vez que fue hace 30 segundos)
En un post anterior escribí sobre las inconformidades de mi vida. Y dios y la Virgen de Santamaría en el Monte Carmelo, vaya que todo cambió en este tiempo.
Ahora, no sólo soy una persona cool porque sonrío más, sino que me gané la confianza de mi balanza. Dejé de meter a todos los hombres en la misma bolsa de mierda, le abrí un agujerito y me enamoré.
El sueldo era otro gran dilema. No se crean que ahora me van a ver en la lista de Forbes de las mujeres más ricas pero al menos sobrevivo.
Todo cambia, sólo es cuestión de paciencia. Lo único que sigue igual con el paso del tiempo es mi consejo: Libérense, putas. Allá afuera, hay un hombre dispuesto a llenarlas de amor.
En un post anterior escribí sobre las inconformidades de mi vida. Y dios y la Virgen de Santamaría en el Monte Carmelo, vaya que todo cambió en este tiempo.
Ahora, no sólo soy una persona cool porque sonrío más, sino que me gané la confianza de mi balanza. Dejé de meter a todos los hombres en la misma bolsa de mierda, le abrí un agujerito y me enamoré.
El sueldo era otro gran dilema. No se crean que ahora me van a ver en la lista de Forbes de las mujeres más ricas pero al menos sobrevivo.
Todo cambia, sólo es cuestión de paciencia. Lo único que sigue igual con el paso del tiempo es mi consejo: Libérense, putas. Allá afuera, hay un hombre dispuesto a llenarlas de amor.
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