viernes, 24 de junio de 2011


A mi también me encantaría que me conquisten con millones de narcisos.
Y pensar que la última vez que lograron conquistarme fue con un plato de palta...tristísimo.

lunes, 13 de junio de 2011

Dedicado a todos los que escriben

Muy en el fondo de mis dedos, en lo más profundo de mis yemas, en las arrugas post baño de 45 minutos, siento que guardo a una pequeña escritora en mi.

En su día, les pido a ellos y a nosotros, los escritores, que sigan inundando este mundo con sus letras, sus maravillas, su imaginación, su creatividad, sus guiones, sus publicidades, sus cajas de cereales que te tiran tips de como armar un elefante de papel, sus recetas de yaguarma en los libros de cocina, sus audiolibros, sus libros infantiles, sexuales o de suspenso. A quienes escriben los manuales para aprender a usar el power point, las bases y condiciones de un concurso (yo) o la lista para el supermercado, les digo...sigan, sigan asi.

A todos ellos, y sobre todo a quienes escriben literatura, gracias. Me apasionan.

FELIZ EN SU DÍA ESCRITORES.

pd: No son considerados escritores las cacas esas que te mandan un mensaje de texto a las 2 de la mañana de un sábado para "ver que estás haciendo". Escribir ese tipo de mensajes no es de un escritor profesional sino de uin mogólico que no sabe qué hacer con el paquete de mensajes de texto que le paga papá. Respuesta de una escritora consciente de lo que buscan: Me fui a Hawaii a buscar papas africanas. Salut!

Balance de la semana

Tuve cinco saludos contados por el día del periodista.
Me salió un grano en la nariz pero de esos zarpados que vienen a instalarse en tu cara para cagarte el día.
Descubrí qué genial es dormirse sentada en el trabajo durante 3 minutos, y lograr soñar como si hubieran sido 7 horas, con piratas que te atacan y el mago Emanuel haciéndote un truco de cartas.
Como se me pasó muy de largo el día del visitador médico aprovecho ahora para decirles que no quisiera estar en su lugar. Hoy, llueve sarcasmo. Es que contar los agujeros que tienen las paredes, leer la revista Living edición primavera y balancear los pies hasta que te autohipnotizás, definitivamente no es lo mio. Prefiero matar el tiempo limpiando la yerba que se me cayó el otro día en la alfombra blanca de mamá. Encima fue EN SU CARA. No tuve chances de disimular, de pasarle un trapo, papel higiénico, la lengua, el codo, nada!

Asique, ¿Qué aprendí esta semana? Que si en las manos tenés un termo, mate, plato, dos mandarinas, un cuchillo, cartera y secador de pelo es científicamente imposible que puedas trasladar todas esas cosas sin que alguna se te resbale.